Jean Lafitte (Bayona, 1780? - 1826?), fue un militar francés de la guerra anglo-estadounidense de 1812 y corsario que operó en las costas del golfo de México a principios del siglo XIX. Llegó a ser conocido por varios remoquetes y títulos como: "El Corsario", "El Bucanero", "El héroe de Nueva Orleans", "El terror del Golfo" y "El Rey de Barataria". Famosos como pocos entre los bandidos del entonces turbulento Caribe, en los inicios del siglo XIX, los hermanos Jean y Pierre Lafitte, fueron corsarios, piratas, traficantes negreros y espías a sueldo del que mejor les pagara. Retoños de vascos emigrados a Francia, hijos y nietos de paradigmáticos marinos, hicieron desde muy temprano una atrevida carrera en el mar según revelan varios historiadores
Biografia
Se embarcó a la edad de trece años. Saliendo de Sand Heads, en 1807, abordó al buque Queen East Indiaman, de 40 cañones y con 400 hombres. Si bien muy conocido como figura histórica y folclórica, tanto sus orígenes como su muerte son poco conocidos y origen de especulaciones, además parte de la información que se tiene de su origen y muerte provienen de lo que se le atribuye como un diario autobiográfico. La versión más extendida es la que le tiene como nacido en Biarritz, Francia, de padre de esta nacionalidad y madre española sefardí cuya familia llegase a Francia huyendo de la Inquisición. Criado en un hogar judío kosher, Lafitte contraería después matrimonio con Christiana Levine, de una familia judía danesa.
Lafitte estableció el llamado "Reino de Barataria" en las ciénagas cercanas a Nueva Orleans después de la compra de Luisiana en 1803. En este territorio organizaba el comercio del contrabando y el producto del corso efectuado en las costas del Golfo de México junto a su hermano Pierre Laffite, mayor que Jean y con quién este había llegado a América. Multitudes de poderosos hacendados acudían a la isla sin ni siquiera molestarse en encubrir el objetivo real de su viaje, el cual no era otro que comprar los numerosos lotes de esclavos capturados por los Lafitte. Aparentemente establecieron un sistema económico que benefició el desarrollo y cierta prosperidad en la zona por lo que era apreciado por los acaudalados terratenientes y los pobres que podían obtener fuentes de sustento tanto del comercio como de la participación en la incursiones corsarias de Lafitte y su flotilla. Tanto era el contrabando que en noviembre de 1813, sus propiedades en Barataria fueron confiscadas por el gobernador de Louissiana William C. Claiborne, enfurecido por el creciente poder de estos piratas, hizo publicar un bando donde ofrecía una recompensa de 500 dólares a quién los capturara vivos. Inclusive envió tropas contra las que Laffite se negó a combatir para no enfrentar fuerzas estadounidenses.
El poder de los Lafitte en lo referente a su accionar en el Delta y en el Mar Caribe duró cerca de tres lustros durante los cuales en muchas oportunidades las costas cubanas fueron atacadas por ellos sin ningún tipo de misericordia y con una voracidad infame. Pero cuando las trabas legales afectaron el comercio de esclavos y Barataria fue destruida por buques de guerra de Estados Unidos, ellos traicionaron a los independentistas cubanos como ya lo habían hecho anteriormente con los insurgentes mexicanos. Los temibles delincuentes le informaron a las autoridades coloniales españolas sobre una expedición que se organizaba en Philadelphia para liberar a los esclavos en Cuba. De esta forma vil, lograron el perdón de los delitos cometidos contra España y recibienron además el pago de una gran suma de dinero por sus servicios de espionaje. Adicionalmente obtuvieron una patente de traficantes de esclavos que les permitiría abastecer legalmente a los ingenios cubanos durante un largo tiempo.
La Batalla de Nueva Orleans
Junto con su tripulación de mil hombres a Lafitte se le acredita una decisiva intervención marítima en la Batalla de Nueva Orleans, que decidió la guerra de 1812 y en la que luchó junto a Andrew Jackson que sería posteriormente Presidente. El 8 de enero de 1815, durante el intento de invasión británica a Nueva Orleans, Laffite puso a disposición de Jackson más de mil hombres, armas y municiones, defendiendo el sitio desde el llamado French Quarter, y con su flota desde la costa. La victoria de los estadounidenses fue total, con muy pocas bajas (13 al final del día), y Laffite recibió parte del mérito. Sin embargo, la intención de Laffite de recibir absolución de sus actividades ilegales y que le fuesen devueltas sus propiedades en Barataria no dio fruto, a pesar de llegar a presentar su solicitud, entregada por su hermano Pierre al mismísimo presidente James Madison. El mismo Jean se trasladó en el invierno de 1815-1816 a Washington y Philadelphia, pero no obtuvo ninguna concesión. Hasta finales de 1816 lo único que logró del gobierno fue la encomienda de realizar mapas de las nuevas tierras obtenidas más allá del puesto de Arkansas después de la compra de Luisiana a Napoleón Bonaparte.
Entonces fue reclutado para apoyar el movimiento republicano de México, por lo que se trasladó a Texas. En 1817 tomó posesión de la isla de Galveston, en manos del pirata francés Louis-Michel Aury, y desarrolló de nuevo actividades corsarias desde esta base hasta que de nuevo perseguido por el gobierno de Estados Unidos a causa del ataque del barco mercante Alabama por parte de uno de los capitanes de Laffite en 1820, hubo de trasladarse de nuevo a Nueva Orleáns para clamar por su inocencia alegando un malentendido y solicitando la libertad de los tripulantes del barco captor del mercante que habían sido arrestados. De regreso a Galveston, ante la presencia del USS Enterprise abandonó Texas sin oponer resistencia, quemando su propiedad y supuestamente llevando a bordo de su buque insignia The Pride (El Orgullo) una inmensa cantidad de riquezas.
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