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miércoles, 4 de octubre de 2017

Diego Bardillas - El Mulato





Diego Grillo o Dieguillo o Diego Martín. Fue uno de los más conocidos piratas de Cuba.

Nacimiento

Se cree que Diego Grillo nació en San Cristóbal de La Habana alrededor de 1556. Era hijo de peninsular y negra. fue bautizado en La Habana, siendo su padrino el capitán español Domingo Galván Romero.

Infancia

Su infancia estuvo marcada por la esclavitud, estuvo al servicio del gobernador de Campeche, quien lo azotaba y sometía con frecuencia a otros maltratos, lo cual despertó en él un ánimo rebelde que lo llevó a abandonar su villa natal a la temprana edad de trece años y enrolarse como grumete en alguna fragatilla española.

Inicios en la piratería

Poco después, a la edad de quince años, en su viaje a bordo de un galeón donde se había hecho a la mar en ese año de 1572, es apresado por el famoso corsario Francis Drake cuando al mando de la "Persea" y la "Swan" este asaltó y saqueó a Nombre de Dios, Campeche y Veracruz, sintió gran afecto por este famoso hombre de mar, quien lo llevó a Inglaterra y se convirtió de hecho en su primer maestro en piratería. Grillo se dedicó con gran acierto a la piratería, rondando las costas de Cuba. El mulato habanero se transformó en un experimentado aventurero del mar, aprendió perfectamente el inglés y continuó sus correrías en la nave de Drake.
Después que su maestro pirata fue nombrado Almirante de Inglaterra, el criollo se dedicó a mandar su propio barco, con una tripulación compuesta por franceses, ingleses y holandeses, convirtiéndose en el azote de las naves de la metrópoli que navegaban en los mares cubanos, lo que se ha conocido por la constancia histórica de la campaña que realizó el gobernador de Cuba, Don Juan de Maldonado Barnuevo para capturar a Diego Grillo.
Con Francis Drake, Diego participó en el saqueo de Campeche y Veracruz y otras ciudades de la costa nicaragüense, y también figuró en los atropellos cometidos en Mogadores, Río de Oro, Cabo Verde, La Plata, El Callao y otros puertos de las costas de Chile y Perú, durante el viaje de circunvalación que llevó a cabo Drake desde 1577 a 1580.
Se sabe que Diego regresó con el anglosajón a las cálidas aguas caribeñas alrededor de 1585, cuando su patrón decidió abandonar su fría patria norteña y al frente de una flota de veintitrés naves puso proa a América para saquear Puerto Cabello y Cartagena de Indias, plan que no pudo materializar al verse su tripulación fatalmente atacada por un brote de fiebre amarilla. Tuvo que regresar, deteniéndose varios días en el Cabo de San Antonio para reabastecerse. Desde allí amenazó a La Habana durante varios días, pero finalmente se retiró sin hacer nada.

El Mulato Lucifer

A partir de entonces las huellas de Dieguillo se pierden nuevamente y nadie vuelve a saber de él hasta el 18 de febrero de 1603, cuando reaparece convertido nada menos que en el prestigioso capitán Diego Grillo, a quien muchos ya comenzaban a llamar El Mulato Lucifer.
Estuvo asociado al corsario holandés Cornelis Cornelizoon Jol, célebre Pata de palo, llegando a ser su segundo. En 1619, mientras Pata de palo asolaba Santiago de Cuba, fue Diego Grillo quien, con un navío de doscientas toneladas y dos jabeques, asaltó embarcaciones ancladas en el puerto de Nuevitas y se llevó consigo seis fragatillas españolas.
El 1 de agosto de 1628 atacaron a varios galeones españoles cerca de Mariel, que la verse atacados se acercaron tanto a tierra que pudieron ser socorridos por fuerzas que salieron de La Habana y llegaron a este puerto sin perdidas. Al mes siguiente atacaron una expedición que iba de Veracruz a La Habana, apoderándose de casi todos los buques que se habían refugiado en la bahía de Matanzas. En ambas acciones Diego se distinguió notablemente por su valor, demostrando ser digno segundo de su capitán.
En agosto de 1633, protagonizó el histórico asalto a Campeche junto a Cornelis Cornelizoon Jol, donde se produjo la muerte del capitán Domingo Galván Romero, quién comandaba la defensa, el cual era padrino del mulato aventurero. La guarnición de la Villa fue arrasada y aprisionados o muertos cerca de unos trescientos defensores, que en los muelles del puerto intentaban enfrentarse a multitud de botes y bateles tripulados por asaltantes, con las cuales les entretuvieron los piratas. Diego halló entre los muertos un cadáver que identificó como el de su padrino, el capitán Domingo Galván Romero, quien resultó ser el defensor de la plaza. El cubano mostró gran sentimiento, según aseguran los cronistas, ante aquellos despojos de quien lo había llevado a la pila bautismal, llegando hasta sentirse culpable de su muerte.
Y ha quedado para la Historia su proverbial caballerosidad en el trato con las mujeres que tomaba prisioneras, de la cual se cita como más alto ejemplo la protección que brindó a la bellísima dama española doña Isabel de Caraveo, viuda del gobernador Centeno Maldonado, destituido de su mando de la villa de Campeche después del ataque pirata. Para evitar a la dama los ultrajes a que sin duda la hubieran sometido sus colegas corsarios, le asignó una guardia personal que la cuidó esmeradamente hasta desembarcarla sana y salva cerca de Campeche.

Historia y leyenda

No es extraño que la Historia y la leyenda recojan disimiles datos sobre el final de Diego Grillo. Hay constancia de que al menos dos gobernadores de la Isla de Cuba le persiguieron afanosamente, y en el libro Quién es quién entre los piratas se asegura que fue capturado y ahorcado por los españoles en 1673; pero quién sabe si se trataba de otro pirata con nombre semejante, porque hay noticias de que a él se le vuelve a avistar en 1680 en Boca de las Carabelas.


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